SOLEDAD, CONFUSIONES/CONFLICTOS EN LAS RELACIONES Y SU VALOR INTRINSECO

Me rompe el corazón escuchar en otros oraciones que yo misma me he repetido y sentido muchas veces, y que a veces siento:

¿Por qué estoy solo o sola?

¿Por qué me siento sola o sola?

¿Qué he hecho para estar solo?

¿Por qué nadie me entiende?

¿Esto es karma?

Estoy rodeado de gente, pero me sigo sintiendo solo. No veo a nadie como yo.

 

En esto hay niveles y niveles de soledad, y la relatividad es un campo gigantesco sin fin.

Lo mejor es ver caso por caso.

Pero la soledad, más allá de su parte recargadora a ratos y reconfortante para muchos, tiene también una cara amarga, especialmente cuando es extrema en intensidad y perdura en el tiempo.

Vamos a tratar de explicar la función y el por qué de la soledad.

 

A día de hoy, en muchos lugares escuchamos también frases del tipo:

«Lo más importante son tus amigos porque los eliges tú, en cambio la pareja y la familia van y vienen, pero los amigos siempre están ahí»

«Lo más importante es la familia, el resto me da igual, las parejas, amigos conocidos y compañeros van y vienen, pero la familia siempre está/estará ahí»

«Lo más importante es la pareja, porque es un familiar que eliges tú, la familia, los hijos, los padres, los amigos y demás van y vienen»

«El trabajo es lo primero»

«La salud es lo primero»

«El dinero es lo principal»

 

VALOR QUE SE ASIGNA A TODO

Con esta creencia, se está dando MAS valor a una cosa que a otra.

Todo depende del valor que tú le des a cada cosa.

Veo auténticas guerras por ganar discusiones acerca de qué es más importante. Y veo auténticas guerras en las mismas vidas de las personas que así PIENSAN, porque sólo se están centrando en considerar que sólo una cosa es importante. Piensan así por las experiencias que han vivido, por cómo piensan, y por cómo les han enseñado a pensar.

De modo que, por falta de una visión más amplia, no hacen sino autoafirmarse continuamente porque al no dedicar atención a otros aspectos de la vida, o a otras personas, estas se sienten infravaloradas, y por tanto, tampoco devolverán apoyo o atención a alguien que no les valora como la primera opción.

Al final, lo que siempre sucede es que se engrandece sólo un aspecto, en detrimento del resto. Y cuando ese aspecto falta, la vida de la persona se desmorona porque no ha depositado un «trabajo» de dedicación al resto.

Si continuamente estás diciendo que lo más importante es tu pareja, tu pareja, tu pareja, tú mismo lo crees. Tú mismo ante cualquier conflicto removerás cielo y tierra para arreglar las cosas, dedicarás toda tu atención a esa persona, en detrimento del resto, incluso a veces hasta de ti mismo.

Tenemos una fuerza limitada, una energía limitada. Que sí, que muchos pueden recargarla, pero lo más común es que, por ignorancia abusemos de ella, y por defecto, dediquemos demasiado tiempo a una parte, y muy poco al resto.

Si toda tu vida has preservado a tu pareja como al oro, dejando todo lo demás de lado por que crees que es lo más importante. Porque eso es lo que CIEGAMENTE TE HAS ENFOCADO A CREER, ¿cómo esperas que cuando necesitas algo, los amigos, la familia o el trabajo te respondan o funcionen?

Si te abandonan dirás, que te han abandonado y te reafirmarás en tu creencia de que sólo tu pareja merecía la pena. ¿Acaso te fijaste toda tu vida en si ellos te dedicaron y tu se la negaste? Que no lo recuerdes porque no has sido consciente o no hayas prestado atención no significa que esas personas no hubieran estado ahí para ti. La diferencia es que como estabas cegado con una persona concreta, no reparaste en las demás.

Y estas, dolidas, decepcionadas y hartas, acabaron alejándose de ti. Digo pareja, como puedo decir, padre, madre, padres, hijos, hermanos, parejas, trabajos. INSISTO: CADA UNO TIENE SU CASO.

Lo más normal es la frase más representativa de egoísmo: «A mi me importa mi familia, al resto que le den por culo». Una cosa es ser prudente, defenderse, poner límites a modo de protección y no ir con las puertas abiertas de par en par. Y otra muy distinta es cerrarse de ese modo. ¿Recordáis que los recursos físicos (o no) que os nutren os los proporcionan personas ajenas a lo que vosotros consideráis como «familia».

Para mí, mi familia sois todos. Si uno cae, caemos todos. Si uno provoca un desequilibrio en forma de egoísmo, al final antes o después, nos repercute a todos.

Ya no hablo de contemplar esto como una perspectiva condicional, es decir, «Voy a apreciar a todos, para que así, estos me devuelvan algo a cambio». Esto es sano y forma parte de un estadío de consciencia más avanzado. Pero aún hay otro más avanzado, siempre y cuando logremos nutrirnos unos a otros y nuestras necesidades en todos los niveles posibles se vean cubiertas. Sería contemplarlo bajo la perspectiva de  «Voy a apreciar a todos, no por hacerlo para que me den algo a cambio, sino por AMOR, porque todos merecemos comprensión, justicia y eso mismo, AMOR».

Para mí, la primera opción es todo, todo es importante, en su JUSTA MEDIDA, en equilibrio. Cada uno está decidiendo qué porcentaje de dedicación, de energía, de tiempo, de dinero, de esfuerzo, de fluidez merece cada área de nuestra vida.

El equilibrio es la virtud, como decía un conocido filófoso.

Los extremos nos suelen perjudicar, y de ahí vienen los aprendizajes de las personas con las vibraciones más relativamente densas. Lo lógico es que si trabajas mucho una parte, esa parte se potencie y el resto decaiga. Las cosas vienen por la atención que se ha depositado en ellas.

También puede ser que te obsesiones mucho con algo, y que no te devuelva ningún fruto. Que los frutos vengan de cosas a las que les has prestado menos atención, y todo aquello en que has estado metido durante mucho tiempo, no de resultados, o que los que de no sean los esperados para ti. Las cosas entonces vienen por otro lado «inesperado», por la falta de atención que se ha depositado en ellas. Es lo que llaman soltar.

Lo que veo que más beneficios aporta es dedicar tiempo a todo. ¿Lo más importante? Tú mismo. Tú necesitas ayudar a otros y que otros te ayuden. Todo es importante porque cada uno de nosotros necesita naturaleza, comida, agua, salud, relaciones de todo tipo, trabajo, dinero o un medio de intercambio. Por eso es importante dedicar atención a todo, en conexión con uno mismo.

 

UN SISTEMA DE CREENCIAS LIMITANTE GENERA FALTA DE AMOR. Y VICEVERSA.

Cada uno busca aquello que le ha faltado que es AMOR.

Y cada uno se refugia en aquello que considera le ha dado el amor, o lo más próximo a él, y que no siempre tiene por qué ser amor. De hecho gran parte de las veces se manifiestan formas alejadas del amor…

La creencia de que sólo un tipo de relación nos va a llenar es destructiva, sea con quien sea. ¿Por qué tenemos tendencia a enfocarnos sólo en algo concreto?

Nos centramos en sólo un aspecto porque es lo que hemos visto, creído, pensado, nos han enseñado. Y porque la mente humana necesita desglosar la información y agruparla para entenderla mejor. Pero en ese proceso, pierde mucha información que está omitiendo y que también es importante, pero que siente incapaz de asimilar.

Como apunte, debo decir que, según el Diseño Humano, hay personas que por SU CONFIGURACIÓN UNICA, tienen puertas relacionadas con la focalización. Y esto a veces, les es útil a la hora de perseverar, pero otras muchas veces les impide tener una visión más amplia.

Los que han tenido carencias en la infancia con sus padres, se refugian en pareja, amigos, etc.

Los hay quienes han tenido problemas con las amistades y se refugian en la pareja y la familia.

Los hay quienes han tenido problemas con la pareja y se refugian en amistades y familia.

Los hay quienes han tenido problemas con las familia y se refugian en la pareja y amistades.

Los hay quienes han tenido problemas con las amistades y la familia y se refugian en la pareja.

Los hay quienes han tenido problemas con las amistades y la pareja y se refugian en la familia.

Los hay quienes han tenido problemas con la pareja y la familia y se refugian en las amistades.

 

«Mi mundo es mi pareja/familia/hijos/padres/amigos/trabajo»…

 

Las combinaciones son infinitas, y eso que ahora no estamos incluyendo la variable «trabajo y ocio». Si no ya, no acabaríamos, son muchos los que se refugian en el trabajo.

En realidad, dedicar tiempo a una faceta relacional de nuestra vida no está bien ni mal. Pero tiene consecuencias que pueden hacernos sufrir más o menos.

Lo que es contraproducente, dañino para todos y muy destructivo, aunque a simple vista no lo parezca es volcar el valor que damos a una relación a través de las creencias. Tal vez lo cómodo y más fácil es volcarnos con las personas que nos lo ponen todo más fácil, valga la redundancia. O las personas que nos complacen. Pero alguien que siempre nos complace, no nos está enseñando, no nos está ayudando.

Por lo general, se suele huir de las relaciones que generan dificultades y conflictos. Hasta cierto punto, estas son las que más nos hacen aprender y crecer. La tendencia es ser intolerante a lo que es diferente, a lo que nos incomoda.

La intolerancia tampoco ha de ser repudiada, sino que ha de ser entendida y usada como impulso para la transformación hacia lo útil. Se trata de un instinto biológico de protección que sirvió de mucho en nuestros orígenes, cuando el nivel de vibración del planeta estaba basado en el miedo por la supervivencia. Porque no había tantos recursos transformados para vivir como ahora.

Ahora hay más «comodidades», y ya el cuerpo del Universo va «pidiendo» una ascensión del nivel vibracional, es decir, un aumento de la comprensión y la tolerancia mutuas.

Muchos escogen de forma inconscientemente consciente acomodarse a una visión cerrada en lugar de hallar entendimiento con respeto, aún cuando los ideales, los valores y los principios sean diferentes.

Evidentemente no conviene dar alas a una relación en la que la otra persona desea el mal, o se sirve del odio, el rencor y la violencia para avanzar sin pararse a escuchar a nadie ni plantearse si hace daño o no.

 

HAY QUE PONER LÍMITES, Y FINALIZAR PARA QUE LA PARTE CON LA VIBRACIÓN MÁS DENSA EVOLUCIONE A SU RITMO PARA QUE LA PARTE QUE VIBRA A UN NIVEL MÁS ALTO NO TENGA NECESIDAD DE, PARADÓJICAMENTE VERSE LIMITADA.

 

A VECES HAY QUE PONER LÍMITES A OTROS, PARA QUE LOS LÍMITES PROPIOS NO SEAN PUESTOS.

 

Cuando sólo te centras en trabajar una relación, lo lógico es que el resto de relaciones a las que no dedicas esfuerzo y tiempo, por incómodas que te resulten, al final se deterioren.

Una persona que sólo se centra en la familia, no sabrá desenvolverse cuando esta falte.

Una persona que se refugia en la pareja, ha de trabajar mucho las carencias afectivas y emocionales que ha tenido. Es posible que rechace a sus propios padres, los odie, e incluso tenga muchos bloqueos a la hora de plantearse tener hijos o no, y cómo educarlos. Necesitará trabajar las creencias que le han impuesto y que se ha impuesto ella misma «SIN QUERER». Muchas personas tienen hijos sin haber trabajado sus propias creencias y destrozan las vidas de sus hijos yéndose al otro extremo, diciéndoles que lo más importante es la pareja.

Llegará un momento en que los padres pueden hacerse mayores y necesitar ayuda para valerse de los hijos. Y si el hijo ha sido enseñado que lo más importante es la pareja, se volcará más en la propia pareja y el padre se resentirá por ello, por no haber volcado más amor en sus hijos para que este le venga de vuelta. Verá que se vuelve en contra su creencia y se reafirmará en ella. Si para ese padre o madre, lo más importante siempre ha sido la pareja, por encima de los hijos, los hijos no se habrán sentido amados. O se habrán sentido menos amados que el padre o madre. Y cuando estos padres después de dar menos amor a sus hijos, en un momento dado de su vida pidan ayuda, ¿con qué autoridad pueden y deben sentir que sus hijos son reacios a cuidar de ellos o atenderles? Encima tal vez, vuelvan a decir: «Está claro, siempre lo he dicho, al final, lo único que está es la pareja».

Si esos padres hubiesen redirigido la energía digamos «fija» que tenían disponible, y la hubiesen repartido en todas las áreas, tal vez los hijos se habrían sentido más amados, y no habría tanta resistencia a la hora de recibir ayuda de ellos. Es normal que si una persona no se ha sentido amada, o siente que se la ha amado sólo en «detrimento de…», o cuando «fulano no está», vaya a invertir tiempo, energía, dinero, salud y amor en alguien que durante toda una vida no haya depositado esto mismo en ella. Y si un hijo en este caso acaba cuidando de sus padres, puede que lo haga, por tres razones:

  1. Una persona con un nivel vibratorio más alto, se trabajará el dolor, pondrá límites a sus padres, pero a la vez sentirá compasión y cuidará de ellos y les ayudará cuando sienta que pueda y desee hacerlo. Por amor.
  2. Una persona con un nivel más bajo, tal vez, lo haga por miedo, por apego, por temor a no ser amado, por no estar dentro de una herencia…etc. Por egoísmo.

 

Esto mismo sucede en todos los casos, puede suceder a la inversa. De hijos con padres, de padres con hijos, las opciones en las relaciones son muchas.

 

Una persona que se refugia en la familia para todo, tiene la creencia de que más allá de casa todo es peligroso y no podrá confiar. Tal vez eso aprendió de la familia, a no confiar, a no salir o salir poco de casa. ¿Cómo el mundo va a darle confianza si esa persona es la primera que muestra desconfianza para todo? Se estará cerrando a personas y situaciones que podrían aportarle bienestar e incluso una visión diferente.

Tal vez una persona que sólo ha recibido apoyo de los amigos dirá que son los únicos en quienes se puede confiar, y anulará cualquier otro tipo de relación. Y si el amigo falla sus expectativas, integrará que no podrá estar con nadie, y por tanto se aislará.

Si una persona cree que los hijos y los padres van y vienen y que lo que siempre estará ahí será la pareja, dedicará todo su empeño en proteger y cuidar como mejor sepa (algunos por no saber, hasta destrozan la única relación que tienen, no es un juicio, sino una observación) esa relación. Como no valora como algo importante, o lo ve como algo menos importante a los padres e hijos, a raíz de esa creencia, tendrá problemas con ellos. Al no valorar ni a padres ni a hijos, no considerará importante, y de hecho se preocupará muy poco en estar consciente de si hace daño a los hijos o los padres. Le resultará indiferente y egoístamente sólo se aferrará a la pareja. Cuando ésta falte o no esté, por divorcio, separación, distancia o fallecimiento, la persona verá que depositó todas sus expectativas en la pareja y guardará un gran rencor. Entonces irá a buscar a padres e hijos, o a aquellas personas que desprestigió cuando estaba acompañado de la pareja. Lógicamente, el entorno, harto de no sentirse valorado y hasta menospreciado, cuando la persona se acerque mendigando cariño, muchos se sentirán ofendidos, con rencor y desaparecerán. Otros tal vez se vinculen a él, unos por dependencia y necesidad de mendigar cariño, y otros establecerán o retomarán contacto con él, pero lo harán de un modo en que pondrán límites y dejaran claro cómo les hizo sentir de infravalorados esa persona cuando todo su mundo era su pareja.

Hay casos en que hay padres que consideran a su pareja, se lleven bien o mal, la luz de sus ojos. Y destrozan a sus propios padres, o especialmente a sus hijos. Si discuten con la pareja, se acaba el mundo y hacen lo posible por arreglarlo. Con los hijos o padres, si les hacen daño o discuten, no les importa, o incluso a veces esperan que respondan del mismo modo que su pareja, ¿para qué van a preocuparse de cuidar esa relación o de expresar sentimientos o permitir que el otro se exprese? Si total, la pareja nunca va a fallar, ¿no?

Lo que esta persona no comprende es que si sigue tratando así a sus padres o hijos, y los infravalora, no puede esperar que para cuando a ella le interese los demás le acojan con los brazos abiertos después de haberles maltratado sin amor durante años. Incluso en muchos casos imaginemos, si esta persona pierde a su pareja se enfadaría porque siente que trató de acercarse y fueron los demás quienes se alejaron. Y eso vuelve a reafirmar su creencia errónea de que sólo la pareja está siempre ahí. Y sigue sintiendo rencor hacia los demás, cuando es la misma persona la que ha generado y destrozado las relaciones ajenas a la pareja por no saber valorarlas.

Aquí he puesto el caso del apego extremo de alguien hacia su pareja, pero como digo las combinaciones son múltiples. Los personajes cambian, pero el teatrillo es el mismo. Unos se apegan a la familia infravalorando el resto. Otros a los amigos infravalorando el resto.

Y así.

Incluso, otros ponen todo por encima de sí mismos.

 

FIDELIDAD EGOÍSTA, EXTREMA Y SIN CONCIENCIA

¿Cuántas veces muchos han visto cometer salvajadas e injusticias que cometen sus familiares hacia amigos, conocidos o incluso no conocidos con otras personas que ellos también conocen? ¿Y por ser familia, no han hecho nada? ¿Cuántos han sido fieles a la familia o conocidos, hasta la muerte aún sabiendo que habían hecho daño a personas inocentes, pudiendo haber hecho algo que, por otro lado hubiera contribuido a hacer que el mundo fuera más justo? Tal vez el camino no era fácil o había demasiados miedos e intereses de por medio. pero el amor nunca fue uno de ellos. Ni a uno mismo, ni por los demás.

El problema es darle valor a una sola cosa. Ni siquiera dar valor sólo a uno mismo. Resulta humillante  y agotador basar la vida de uno en una relación concreta, y cuando esta desaparece, engancharse a otra y pretender forzar a los que hemos despreciado antes como si nada.

Es necesario equilibrar el rango que va desde el «aferrarse» a los demás para tener un punto de referencia, pero también con el soltar y estar sólo de vez en cuando.

¿Imagináis poder vivir toda una vida atados encadenados a la Tierra? ¿O vestidos de astronautas completamente sueltos en el vacío del espacio? No estamos preparados para los extremos, aunque los toquemos. Necesitamos estar en medio.

 

A pocos escucharéis decir:

«Pase lo que pase, yo siempre estaré conmigo mismo, decido amarme y darme el valor que merezco, y desde ahí saber aportar el valor justo, equitativo y necesario a todas las relaciones de mi vida. Nadie es más que nadie. Y lo mismo con el trabajo, el dinero y la parte material, que es IGUAL de importante que la menos material»

web_mirarse_3_big_tp

Y es por esto que el mundo está como está, lleno de egoísmo, ignorancia e incomprensión. Y por la falta de entendimiento acerca de estas influencias que afectan a un ser desde que es gestado, pasando por el parto y a lo largo del ciclo vital, es por lo que desde nuestro nacimiento APRENDEMOS A CREER QUE SÓLO UNA PARTE ES IMPORTANTE.

Con las bofetadas primero, y los ramos de flores después, aprendemos a ver que TODO ES IMPORTANTE. Y que quien piensa diferente, no es bueno ni malo, sólo es posible que tal vez, no haya recibido un amor equilibrado, y por tanto, como no ha tenido ejemplo, tampoco sepa ni tal sólo que exista la posibilidad de dar un amor equilibrado.

No se le puede juzgar por eso. Necesita paciencia, apoyo y comprensión.

Tal vez lo más duro en esta vida para un ser es haber llegado a sentir QUE NO ERA AMADO POR NADIE, AÚN CUANDO ÉL SENTÍA AMOR PARA SENTIR Y PARA DAR, EN SU INTERIOR.

 

¿EN QUÉ SE BASA LA DIFERENCIA ENTRE UN MUNDO LLENO DE AMOR O UN MUNDO INFERNAL?

Si todos fueran conscientes de las consecuencias maravillosas o nefastas de traer un niño al mundo las cosas no irían como van. Nefastas si es concebido y tratado sin amor, y maravillosas si se le reconoce y trata con amor desde el primer momento. Lo que hagan los padres desde que conciben al niño, será un marco de imitación consciente e inconsciente. Hasta la propia ausencia de padre y madre también se puede imitar.

Un padre o madre que trae al mundo a un hijo sin conciencia, por egoísmo, por sentirse presionado y/o sin saber por qué, el día de mañana ese niño será un adulto lleno de traumas, dependiente o demasiado independiente, demasiado estancado en la vida, quién sabe si una persona depresiva, retraída, un político corrupto o un asesino. Personas que sólo conciben el propio sufrimiento o ajeno como avance. Alguien que pase por donde pase, a mayor o menor escala provoque sufrimiento a sí mismo y a los demás. Forma parte del proceso, pero si podemos avanzar mejor, pues mejor.

Un padre  o madre que trae al mundo a un niño con conciencia, habiéndose trabajado en la medida de lo posible sus traumas, lo recibe con amor, deseo y comprensión, tendrá con más probabilidad un niño que por afinidad se asemeje a él. Que el día de mañana, de adulto sabrá la diferencia entre la interdependencia y el típico rebote dependencia-interdependencia. Sabrá discernir, cuando confiar y cuando no, sabrá desenvolverse en momentos de conflicto y estancamiento, no se sentirá abandonado ni solo. Quién sabe, alguien que esté donde esté y haga lo que haga, hará mucho bien por donde pase.

¿Os sorprende que muchas personas estén solas?

Hay varios casos.

 

LA SOLEDAD, TAN NECESARIA COMO INNECESARIA

Considero que la soledad tiene dos vertientes, que muchos confunden en sólo una.

Tengamos en cuenta, que además de esto, según nuestro Diseño Humano, hay personas que tienen puertas relacionadas con la soledad o la espera. Su inconsciente por diseño, unido a la incomprensión inconsciente y salvajemente abrumante de gran parte de la sociedad mundial, se encarga del resto. Los tipos no energéticos como el Proyector o el Reflector especialmente, o tipos energéticos como el Manifestador (tendencia «solitaria» e independiente), o Generador, cualquiera de ellos pero con muchos centros y canales «en blanco», de los que hablaré en otros escritos, sabrán de lo que hablo. Recomiendo que cada uno investigue sobre esto, pero especialmente que si pasa por una etapa de soledad, que dura una temporada o toda una vida, que no se machaque demasiado. Muchas veces se machaca a las personas «solitarias», y todos necesitan muchas veces entender e integrar una explicación de lo que les pasa.

 

Independientemente Y ADEMÁS de eso, yo distinguiría dos causas de LA SOLEDAD, que a veces pueden estar entremezcladas:

1.SOLEDAD POR EGOISMO

Hay personas que están solas porque no saben amarse, y por eso necesitan continuamente anclarse y depender de algo o alguien, e ir rebotando de uno a otro. O lo hacen por miedo a estar solas, pero igualmente se acaban sintiendo solas rodeadas de gente. El problema es que al pasar más tiempo con una persona, desatendemos al resto y a nosotros mismos. Lógicamente, no podemos esperar que nos reciban con los brazos abiertos cuando no una, sino mil veces hemos dejado tirados a los demás por estar con quien considerábamos importante. Y tal vez esa persona a la que considerábamos importante, realmente no lo era tanto. O si.

Y encima recurrir a la famosa frase de:

«En esta vida he aprendido que no hay que fiarse de nada ni de nadie. Al final todos te traicionan.»

Eso denota muy poco autoconocimiento, muy poco autodominio. Y para protegernos, nos vamos al extremo contrario, cerrarse como un mejillón. Pretender que sean los demás los que se acerquen siempre. Como estamos cerrados, esperamos la iniciativa del otro y que el otro adivine lo que sentimos, porque tenemos la destructiva creencia de esperar a que el otro se arrastre. Llega un momento en que necesitamos ayuda DE VERDAD, cosa que pasará antes o después, pues no hemos venido a este mundo para ser dependientes, pero tampoco para ser independientes, solos. Si los demás no vienen a buscarnos porque nos hemos cerrado aprovecharemos para encima culparles. ¿No? Y entonces hemos pasado de esperar y esperar a que el otro se arrastre, a arrastrarnos nosotros porque necesitamos ayuda urgente. ¿Acaso no vemos que ese no es el camino?

¿Acaso no vemos que es necesario aprender a conocerse y dominarse, en definitiva amarse? Para poder desde ahí saber amar a todos, y no dar más valor a una persona que a otra.

¿Tiene sentido dar valor a alguien que te está destrozando la vida o desmerecer a otro que te la da sólo porque no cuadra con lo que se supone son tus creencias?

Si das valor a quien te humilla, serás dependiente.

Si maltratas a quien trata de darte amor, pero lo desprecias, ¿esperas que te ayude si te va mal? Si la otra persona te acaba ayudando tras haberla despreciado, y a la vez te dice que no se ha sentido bien y que pondrá límites si la dañas, esa persona sabe lo que es el amor. Esa persona será la que se haya trabajado interiormente y será ella la que sepa lo que es el amor. No tu.

En cualquier caso, sin ánimo de juzgar, debo decir que aquí, especialmente el Proyector, el Manifestador y el Reflector han de entender bien su dinámica energética y cómo usar su estrategia. Recomiendo no tratar de entender esto de primeras, simplemente leed y dejad que las palabras sencillamente pasen por la cabeza. Integrar el diseño humano es complicado, especialmente al principio. Simplemente, lo pongo como un apunte.

El Proyector necesita aprender a esperar más, a veces hasta el colmo de la desesperación, mientras trabaja todos sus dones que algún día, serán vistos si sigue su Autoridad, antes que lanzarse a dar el primer paso porque ve que se queda solo, porque lo que le puede suceder (que es lo que a muchos nos ha pasado) es que esté regalando demasiado esfuerzo para los demás y aún así no le valoren, y cuando un día tenga necesidad de cuidar de sí mismo, su entorno acomodado y acostumbrado a no tomar la iniciativa, le juzgue por dedicarse a sí mismo. Con el Reflector sucede un poco lo mismo que con el Proyector, pero este necesita tener muchísimos espacios de soledad para aprender a distinguir lo que es él, de lo que prácticamente continuamente está siendo influencia de los demás. Realmente un Reflector puede tenerlo muy difícil a veces, y más si su nivel y el del entorno donde se ha criado es muy bajo.

El Manifestador, especialmente si es de las personas que canaliza su rabia hacia dentro. Por eso espera y espera a que otros inicien, porque él inició y se le puso freno o humilló. Cuando en realidad debe saber aprender a iniciar y a expresar lo que siente, que es para lo que está. Espera porque se ha sentido decepcionado muchas veces, porque tampoco le han dejado ser como es, o expresarse que ES SU RAZÓN DE SER. Si ha hecho las cosas como ha considerado, sin informar, o aún informando de lo que deseaba hacer; y ve que a raíz de eso ha tenido experiencias donde no ha sido valorado o se le ha acallado, necesita entender dos cosas. Que la soledad corresponde a su propio diseño porque otros no entienden su necesidad de independencia. Especialmente, los Manifestadores, en concreto las mujeres manifestadoras, hasta hace unas décadas han estado muy reprimidas y «enseñadas» a tragárselo todo. Como muestra de rabia no canalizada en una integración de una indefensión aprendida, acabaron haciendo lo contrario de lo que les era natural. Es la típica mujer con ideas que no necesariamente trata de imponer, acallada por un entorno típico de hasta mediados del siglo XX, relativamente machista y retrógrado para ella. Y que ahora, en respuesta pasiva agresiva como canalización de su rabia, espera y espera de forma aparentemente cruel y silenciosa, que todos sus hijos y nietos vayan a visitarla. Pero no es capaz jamás de coger el teléfono para decir lo que siente o pedir que su familia vaya a verla. No hablo de mujeres cansadas que han estado llamando o visitando a sus hijos y nietos toda la vida, y de repente se han cansado y ahora son las abuelas que esperan. Eso es otra dinámica energética. Hay que distinguirlo muy bien. Hablo del Manifestador pasivo agresivo. Que por una decepción continua en su tierna juventud o infancia por ser como era, aprendió a mostrarse rígido, implacable e incapaz jamás de dar un paso, esperando «injustamente» que siempre fueran los demás los que se acercaran. Y si no lo hacían, desarrollaría el doble de rencor hacia ellos, que por supuesto jamás mostraría explícitamente. A esas mujeres reprimidas y solitarias me refiero.

Lo segundo que necesitan entender, es que han llegado a comportarse así porque, además de lo anterior, si su nivel vibratorio cuando nacieron era relativamente bajo a nivel evolutivo, su familia también lo sería por afinidad. Y eso no les ayudó a manifestarse cual eran. Sino que les ayudo a canalizar su rabia hacia dentro y devolverla al resto de sus descendientes (si los tuvieron) de forma calculada y pasiva, pero contundente y rígida. Por lo que, aún fue más difícil para personas con un nivel de resentimiento, odio y egoismo muy grandes, lo que es, la baja vibración, tener una vida libre de resistencias. Y muy llena de soledad.

 

 

2.SOLEDAD POR AMOR

Hay personas que están solas porque sencillamente tratan de dar un valor justo a sí mismas y a cada persona de igual modo. Y aún así, muchas veces todos van y vienen, y hay personas que desaparecen de sus vidas, no sólo por los ciclos vitales, sino por la falta de entendimiento. Por mucho que uno trate de acercarse a la otra persona, haya habido el problema que haya habido, si los demás siguen anclándose en el rencor, en la falta de perdón y la incomprensión o en la intolerancia porque somos diferentes, ya no podemos ni debemos hacer más. Es el otro el que al igual que nosotros, también ha de responsabilizarse. Relación familiar, de amigos, laboral o pareja que se rompe porque una de las partes no acepta las diferencias del otro.

Por ejemplo: Una persona opina y siente que desea dejar un trabajo que le hacía caer enfermo y desea buscar otro camino, sin meterse en la vida de los demás. Su entorno lo aparta porque no piensa igual, porque no le importa trabajar en algo que le quita la salud, o porque ellos sienten que no pudieron elegir, o no tuvieron el valor para hacerlo. O las tres cosas a la vez. Excluyen a alguien que, sienten les ofende por ser diferente.

Esto es lo que sucede a una persona, sea del tipo de diseño que sea, que tiene un nivel vibratorio evolutivo concreto y bajo relativamente, donde predomina el odio, el resentimiento, los deseos de venganza, los apegos…y que no necesariamente los expresa abiertamente. Puede ser una persona a la vez amorosa, amable, amigable, dulce y servicial.

Cabe decir que, independientemente de nuestros esquemas mentales en común con nuestras familias, al llegar al lecho uterino de la madre en su embarazo de nosotros, no somos atraídos tanto por pensamientos, sino por emociones que es la capa más densa (más aún que los pensamientos) en comunión con el plano físico. Es la capa más cercana, y la que nos une.

Imaginad a esta persona que nace en un entorno con esos rasgos emocionales de evolución más basada en el odio. Su misma tendencia evolutiva, atrae a sus padres, con una tendencia igual. Esta persona durante su infancia y juventud, se «medio entiende» con su familia y amigos porque todos entienden el odio como avance, aunque fuera de los momentos de avance parezcan una familia incluso amorosa. Cuando sólo esta persona comprende que el sufrimiento tiene un límite para avanzar y ya no lo necesita porque se ha cansado y agotado de sufrir, no una sino millones de veces (algunos hasta el punto de desear suicidarse, pero sin llegar a hacerlo), empieza a ver la vida de un modo más abierto, con mayores perspectivas y posibilidades de avance con amor. No contempla ya resolver los problemas con venganza. Es aquí, cuando el entorno de familia, conocidos, pareja, amigos, si vibraba igual que ella, y esta persona da el cambio hacia seguir avanzando con amor, se produce una destrucción en forma de SOLEDAD.

Como su entorno confunde amor con debilidad, resentimiento con valor, protección con miedo, como su entorno no sabe lo que es amar, y esta persona HA DADO UN SALTO VIBRATORIO hacia una mayor evolución, estos ya no vibran en consonancia con ella.

Su entorno comienza a dejar de hablar a esta persona, ignorarla, repudiarla, desahuciarla, la persona ve destrozadas todas o casi todas sus relaciones llegando incluso hasta padecer una grave depresión o incluso hasta plantearse si debe volver a ser como antes, a vibrar más bajo. Pero siente que no puede volver atrás.

Es casi imposible comportarse con odio, cuando has entendido el amor. Puede que realmente se quede sola. O puede que por la densidad, aún esté anclada a situaciones que irá trascendiendo, pero que aún le mantienen «atada» al entorno que más allá de la dimensión física ha dejado atrás. Poco a poco, y a veces de golpe, paradójicamente, la persona irá experimentando el dolor de esta fase, viendo como seres de baja vibración, que hasta podrían ser sus familiares y amigos desaparecen de su vida. O la comunicación es cortada por ellos, por personas que no han aprendido a aceptar a alguien diferente que decide no tratarles mal.

La persona a veces se siente confundida de si hace bien o no, porque ve que todo es rechazo hacia ella y eso la confunde. No sabe si es ella la que hace mal. Biológicamente, no estamos hechos para estar solos. A lo largo de miles de años, estar solo ha significado haber cometido un crimen para la tribu, sentir culpa por ello, y necesidad de pagar una deuda. Eso era hasta ahora, que el cuerpo denso tiraba hacia abajo. Ahora en fase de ascensión, hemos de entender que esto ya no sirve, QUE NUESTRAS ALMAS TIRAN HACIA ARRIBA. Eso es ascender, y no escuchar un coro de voces angelicales. Ascender es dar un salto vibratorio, tener compasión de un entorno rabioso lleno de miedo, pero precisamente por comprenderlo y haber pasado por una vibración más baja en el pasado, saber seguir adelante. Comprender que la fase de soledad es una fase que puede durar, que se trata de un avance brutal para el alma. Pero ese vacío, a veces insoportable para los que lo han vivido, y han vivido para ver cómo eran incomprendidos, finalmente generó un espacio disponible. Un punto de encuentro donde la persona que aprende a no sentirse culpable de esta soledad, PERMITE SER UNA PUERTA ABIERTA GIGANTESCA, DISPUESTA A FACILITAR LA ENTRADA DE SERES, DE PERSONAS CON UN NIVEL VIBRATORIO SIMILAR DESDE EL AMOR, de la persona que está sola. Es cuando, tras pasar por el sufrimiento de cierto nivel de desapego de los seres del entorno de la infancia y la juventud, cabe lugar para que entren personas con las que convivirá y que tendrán un nivel más elevado de Amor y comprensión. La persona ya no es juzgada. Sencillamente se la ama y se la deja amar. Estas personas pueden tardar en llegar. Aquí lo más duro es entrenar la paciencia, esperar, seguir avanzando en medio de la destrucción de un entorno ruidoso que juzga, presiona y no comprende.

En cualquier caso, cuando una persona da valor a todos, lo hace saber y lo transmite, con el tiempo las relaciones que tenga estarán basadas en el amor y el respeto. Si no es así, es porque entonces son los demás los que no tienen una buena base en cuanto al valor que dan a su sistema de relaciones. No tú.

TODOS SOMOS RESPONSABLES. Cuando uno está trabajándose y los demás se acomodan, no es a la persona a la que acude a seminarios de crecimiento personal a la que hay que machacar culpabilizándola o haciéndola sentir responsable de todo. Es que el resto del mundo necesita también ponerse las pilas. Todas las partes tienen que funcionar.

Si estamos en el mundo es para convivir, para alternar de forma sana espacios personales de soledad necesaria para la prosperidad interior, y convivencia necesaria para la prosperidad exterior. Es la interdependencia.

No es sano depender de los demás.

Pero tampoco lo es ser independiente. Nadie es independiente, todos necesitamos ayuda en un momento dado, para trabajar, ganar dinero, para conseguir la comida que un agricultor ha cultivado. Necesitamos al conductor de autobús, al vendedor y mecánico de coches, al maestro, al sanitario, al frutero, a los empleados de supermercado, a los que venden y hacen ropa, a los barrenderos, basureros, limpiadores, técnicos de mantenimiento. Todos somos importantes.

Estamos todos juntos para ser interdependientes. Saber estar solos, saber estar unidos de forma sana.

Es imprescindible y vital trabajar las carencias que hemos tenido desde que nacimos, que para la mayoría son muchas, aunque no las veamos o no las queramos ver.

Si consideramos que los amigos nunca nos fallarán, es porque hay algún trauma sin resolver con la familia y la pareja. No podemos depositar la carga de TODAS nuestras expectativas en los amigos. Lo mismo con familia y pareja. Nuestra responsabilidad es autoconocernos para ser capaces de ver qué expectativas tenemos, cómo podemos conseguirlas nosotros y hasta qué punto o no necesitamos ayuda. Debemos amarnos nosotros mismos, y desde ahí disfrutar de las relaciones que seamos capaces de basar en el amor, el respeto, la comprensión y la tolerancia. No debemos coger ni pedir más ayuda de la que necesitemos, pero tampoco dejar de pedirla cuando haga falta. Los demás podrán responder  o no, pero nosotros hemos de saber discernir, saber cuándo confiar y cuando no, no se trata de ir con el corazón abierto de par en par, porque muchos se aprovecharán, algún día ojalá podamos hacerlo, pero tampoco cerrarse a nuevas personas y experiencias maravillosas que nos perdemos por no confiar.

Las cosas pueden salir bien o mal, pero no vamos a dejar de confiar en nada ni nadie. No todo depende de nosotros.

 

¿QUE HACER?

Todos tenemos gran parte de responsabilidad. Esto es un juego donde interviene mi responsabilidad, la tuya, la responsabilidad del otro, y la responsabilidad de las fuerzas que escapan aún a nuestro control o entendimiento. Y todos hemos de trabajar conjuntamente. Porque nos guste más o nos guste menos, de lo contrario, el sistema se cae.

Cada uno que lo enfoque como quiera, pero que se responsabilice, y trate de establecer sus relaciones con gente que se responsabilice. Y que además, enseñe esto sin imponer, a los que desean ser enseñados. Y poniendo límites, desde la compasión y la comprensión a todos aquellos que faltan al respeto, no desean ser enseñados e invaden tratando de tomar de nuestras vidas más de lo que necesitan.

hombre20de20fe

 

 

 

 

 

Dejar un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Start typing and press Enter to search

error: Content is protected !!