SOBRE PERSONAS TOXICAS…

Muchos son los libros, escritos y conferencias que tratan y han tratado este tema en los últimos tiempos.

Agradecida por la ayuda que me profesaron en su día, cuando yo estaba más perdida que ahora  y eché mano de estos temas.

Ahora, me siento menos perdida y por eso ahora puedo escribir este artículo.

Quién sabe si cuando aprenda más pueda añadir o modificar más cosas en cada escrito…

Cuando yo creía que sabía mucho pero en realidad no sabía casi nada acerca de las relaciones, esos libros me ayudaron mucho a avanzar.

Ahora a cada segundo que pasa soy más consciente de lo poco que sé.

Sé lo suficiente como para saber que a medida que más cosas sé, sé menos.

Sé muy poco para lo que hay.

Sé un poco de una pequeña parte, insignificante para lo que hay ahí afuera. Por eso de entrada, recomiendo que muchos anden por la vida con cautela pero con confianza en sus convicciones.

Sin miedo de equivocarse, pero estando atentos a saber cuándo uno se equivoca.

 

TODOS PASAMOS TODAS LAS FASES

Cuando llegó el momento, tras experimentar durante años mucho sufrimiento al principio y mucho amor después, comencé a sentirme incómoda ante los escritos o palabras que muchos hacían al referirse a gente tóxica.

Me sentía dolida.

No era capaz de procesarlo.

Cuando alguien escribía sobre ello, me dolían los ojos, cuando lo escuchaba, me dolía el corazón.

Y cuando podía intuir el pensamiento en los que daban ese enfoque sobre toxicidad con un sólo golpe de vista hacia su persona, me dolía la cabeza.

En el fondo, en todos los casos había un dolor común.

El dolor de alma.

Un dolor que nacía no porque yo no entendiese, sino porque veía que muchos no entendían, por eso hacían lo que hacían, y por eso el daño que hacían era abrumante.

Y mi dolor venía porque sabía que todo formaba parte de un proceso.

Necesité entrenar la paciencia y entender que yo había sido tóxica tiempo atrás para alguien, que luego hablé sobre ello como si yo fuese superior, y que finalmente ahora termino por reconocer que tengo mi parte oscura, y mi parte luminosa.

Que soy igual de humana que un banquero, un barrendero, un limpiador, un médico, un abogado, un criminal o un asesino.

Humana en sentido literal, no figurado.

La capacidad de ser Humano está en el alma.

Aprendí a refrenar, comprender y observar mi parte oscura.

La misma que todos tenemos.

Y aprendí a potenciar lo mejor de mí, mi luz interior, pues sabía que el beneficio común sería mucho mayor que si potenciaba la oscura.

Tengo la misma luz de alma que tienes tú, la misma que la gente tóxica tiene y la misma que tiene los que hablan sobre gente tóxica.

Aún así, seguro que teniendo especial cuidado de las tres energías creadoras del ser: pensamiento, palabra y acción, seguro que para muchos seré alguien tóxico.

Lo respeto, hasta cierto punto claro.

Yo también fui irrespetuosa conmigo, y a veces se me escapa y me sigo faltando al respeto pero muchísimo menos que antes.

13391286_1020911887994493_1460705427_n

Tal vez sea tóxica porque no hago lo que todos esperan, o lo que todo el mundo quiere.

Tal vez no contente a todos.

Tal vez muchos opinen de mí que soy tóxica por no hacer lo que ellos quieren que haga con mi vida. Por eso muchos se alejaron ya.

Es posible que yo directamente no dañase directamente a nadie si traté de escuchar mi alma y seguir mi camino.

Cuando uno sigue a su verdadera luz jamás hace daño.

El que se ofende, no ha comprendido su propia luz y se siente en evidencia.

Tratar de hacer el bien, escuchando a mi cuerpo para cuidarlo me llevó a tomar decisiones que enfadaron a muchos.

Pero aún así lo hice porque por encima de todo aprendí a amarme a mí misma.

Sabía que estaría sola, pero no por siempre.

Sólo hasta encontrar a personas que pudiesen entender.

Y si no entender, amarme.

Se puede amar sin entender, pero no se puede entender sin amar.

 

Las personas que se sintieron ofendidas al yo decidir cuidarme, ellas mismas depositaron expectativas en mí, y me retiraron la palabra cuando yo no hice lo que todos esperaban o tenían planeado.

Aún así, pese a la diferencia de ideas, traté de seguir teniendo contacto.

La diferencia de ideología no siempre fue un obstáculo para mí a la hora de relacionarme. Pues sabía que en el fondo primaba el amor.

Y entendí, que hasta de personas con ideas que, de entrada, no toleramos, también de ellas se puede aprender.

Si me alejé tras experimentar el rechazo, fue porque no hubiese sido justo exponerme a personas que no me respetaban y que no se respetaban.

Yo me amaba, y deseaba algo más elevado.

 

SER TÓXICO O NO, ES UNA PERCEPCIÓN RELATIVA

Podría decirse que soy tóxica porque no hice lo que quisieron, ¿verdad?

Hice que muchos se enfadaran sólo por seguir mi camino, un camino que no coincidía con el de muchos.

No maté a nadie, no insulté a nadie, tal vez hasta respeté a muchos mucho más de lo que ellos se respetaban a sí mismos.

Con dolor tras la pérdida de ellos, seguí mi camino y recordé que yo había sido así, y que no podía reprocharles nada.

Sentí que, ante la pérdida o lo que yo interpretaba como pérdida tenía dos opciones.

Una, concebir que una parte de mi conciencia se había depositado en ellos, y soltarla. Dejarla ir.

La segunda, interpretar que una parte de mía estaba con ellos, y volver a recuperar esa parte de mi ser que sentía, ellos se habían quedado.

 

Si aplicamos esto, llegamos a la siguiente conclusión. Que hay que mirar todas las caras de la misma moneda, y entender que cada uno verá una perspectiva distinta, dependiendo de dónde esté colocado.

No verá la moneda igual alguien que esté viéndola desde arriba, que otro que esté abajo, que otro que esté de frente o atrás.

En realidad nadie se equivoca, sólo hay diferentes perspectivas.

Es cierto que desde más abajo se ve todo más claro pero se pierden detalles.

Desde más arriba se ve todo y más, pero a veces se olvida ciertos aspectos de esa moneda y es necesario mezclarse todos para recordar lo verdaderamente importante.

Y es necesario comprender por qué cada uno ve lo que ve.

 

No comprender esto supone el origen de todo conflicto.

 

 

logo-blanco

 

NECESIDAD DE PROTECCIÓN EN LOS PRIMEROS ESTADÍOS DE LA EVOLUCIÓN

Como vengo diciendo, muchos son los que tratan el tema de gente tóxica.

Ciertamente, debo decir que nadie es tóxico por esa regla de tres.

Los seres tienen la capacidad de hacer daño y de hacer el bien.

Como decía Viktor Frankl en su libro, «El hombre en busca de sentido» sobre sus experiencias en los campos de exterminio nazis «El hombre es capaz de crear las cámaras de gas y matar a millones, el mismo que también es capaz de entrar a ellas con un rosario en la mano y mirando al cielo».

Cuando alguien etiqueta a otros de tóxicos, es porque aún no ha comprendido una lección espiritual vital.

Y es que todos tenemos una parte de bien y otra de mal.

Cuando alguien etiqueta a otros de tóxicos, es porque no reconoce ningún tipo de maldad en sí mismo, y eso le hace mostrar de forma más que evidente su propia oscuridad.

Esto es debido a que la vida le ha presentado situaciones en que siempre adoptaba un rol, un papel, el papel de «bueno» y por eso las creencias suyas que implicaban para él ser bueno, le hizo ser maltratado por el que adoptaba el rol de «malo».

¿Cómo te sentirías tú si alguien te llamara «tóxico» sólo porque no entiende tus circunstancias ni tu punto de vista?

Esa persona bajo tus mismas influencias y condicionamientos, probablemente sería y haría como tú.

¿Cómo estas seguro/a de que no has sido tóxico para otros en un momento determinado de tu vida? Tal vez, al no ser consciente antaño, o no haber llegado empatizar, estés al cien por cien seguro/a de que nunca has ofendido a nadie.

Os sorprendería la de veces que otros se han sentido dolidos por nuestro hacer.

Lo que pasa es que muchos no lo dicen por miedo, o habéis querido mirar para otro lado.

Pero eso no significa que esas personas no se hayan sentido mal.

¿Os habéis topado en alguna situación en la que os habéis sentido mal debido a la actitud y comportamiento de otros?

¿Se lo habéis hecho saber?

¿Os habéis asegurado de hacérselo sentir?

Muchos no son adivinos.

Otros lo intuyen, pero no desean la confrontación emocional, tan necesaria en nuestra sociedad, que huye de la comunicación física y verbal, enzarzándose en la conexión virtual aislada superficial e improductiva.

¿Estos se han dado cuenta de que os han dañado o ni les ha importado?

¿Han sido conscientes?

Si es así, ¿han tratado de poner remedio, u os han ignorado de forma rígida y castradora creyendo que así se acabaría el problema?

¿Cómo os habéis sentido?

 

Tomaos tiempo para meditar esto.

 

Pudo ser por unos padres maltratadores, unos hermanos celosos, una pareja infiel o maltratadora, unos jefes o compañeros aprovechados, lo que fuese.

No es cuestión de culpar, pero no podemos dejar de reconocer que no ser conscientes de esto trae muchos problemas.

El caso es que el que habla de tóxicos,  comienza a considerarse mejor persona.

Alguien con mayor derecho a merecer cosas, personas y situaciones buenas, en detrimento de lo que consideran «malo».

Sin pensar que el malo ha de aprender mediante el sufrimiento, y cuando empiece a aprender mediante el amor, también habrá hecho méritos para merecer cosas buenas.

Es entendible que una persona que ha sufrido y lo ha pasado mal por el maltrato de otros necesite protegerse.

Y por eso, cuando comienza a desarrollar la conciencia sólo ve a un malo que le ha destrozado.

Pero olvida reconciliarse con su propia parte oscura reconociendo que él mismo también fue RESPONSABLE de sus propias desgracias.

Y que rechazar a otros, es rechazar que él es humano. No le hace mejor que aquellos a los que juzga.

 

Si los demás consintieron, él consintió.

No puso límites porque no sabía ponerlos, ni supo de la necesidad siquiera de necesitar ponerlos.

06-ignorando-la-palabra-de-dios

 

Me explico mejor.

Pongamos que has sufrido mucho.

Y que tienes el recuerdo de esas personas o situaciones que te hicieron sufrir y que tú llamas tóxicas.

Bien.

Esas personas te han hecho daño, y por lo tanto, las cosas que a tí te han hecho tú no las repetirás pues sabes cuánto se sufre.

Sabes que no es el camino.

Pero olvidas que las cosas concretas a través de las cuáles tú no has experimentado sufrimiento, otro puede haberlas experimentado.

Hay cosas que tú no comprendes que hagan sufrir a otros hasta que te las hacen a ti.

Pero mientras no te las hagan, tú no lo sabes.

Estás muy seguro de que sólo tú has sufrido, y que nunca has hecho daño a nadie y eres gente de bien.

 

Pero, ¿te has parado a pensar que tal vez has hecho daño a alguien?

 

Tal vez esa persona te expresó lo que sentía o no, tal vez notaste su dolor o no, pero lo que si es seguro es que tú NO CONSIDERABAS QUE HUBIESE SIDO PARA TANTO.

 

Por una chorrada. Veamos, hay niveles.

Hubo cosas que otros hicieron que a ti te destrozaron y sentiste todo el dolor del mundo, y esos que te dañaron encima no bastante con eso te siguieron dañando, te ignoraron y siguieron haciéndolo e incluso se rieron de ti mientras lo hacían.

Pudo haber sido un familiar, un amigo, un compañero, jefe o conocido.

¿Cómo sabes que la situación no las estás repitiendo tú con aquellos que consideras débiles, más que tú?

 

Comparar es odioso.

 

¿Hasta qué punto crees poder llegar a sentir el dolor de alguien y comportarte como si nada?

 

Si para ti es una chorrada lo que hiciste a alguien y consideras que no fue grave, del mismo modo a otro nivel, estarás de acuerdo en aceptar que tus maltratadores piensen que lo que te hicieron fue una chorrada, ¿no?

Realmente ellos no empatizaban contigo del mismo modo que tú no lo hiciste con otros.

 

Y si jamás dañaste a nadie, (cosa difícil, pues a veces hemos dañado sin darnos cuenta) lo que es SEGURO es que si sigues refiriéndote al resto como tóxicos es porque te dañaste a ti mismo.

No pusiste límites.

Pero no pasa nada, para eso estamos, para aprender, y ayudarnos.

Hay personas que se exponen a situaciones de maltrato desde niños.

¿Cómo va a poder un niño saber cuándo y cómo poner límites? Necesita que se lo muestren.

 

A nadie se le puede reprochar nada cuando entiendes que tú también eres humano.

 

Lo que pasa es que no es lo mismo cuando lo mismo que haces o has hecho te lo hacen a ti. Lo tuyo siempre es peor que lo que le pasa a cualquier otro.

 

Si te refieres a los demás como tóxicos es que tú te consideras limpio, mucho mejor que ellos.

Te consideras superior.

En cierto modo lo eres.

Tu nivel de conciencia, empatía y entendimiento es superior al suyo.

Pero no lo suficiente. Tu nivel aún así, es menor que el de otros muchos que sí han entendido cosas que tú aún no alcanzas a imaginar.

Véase, la compasión con firmeza, y el perdón con amor a uno mismo.

De la misma manera que tú entiendes cosas que los que te hicieron daño no son capaces de entender aún.

 

Cada uno está en su nivel de comprensión y necesita su ritmo de avance. Lo que jamás es superior es un alma a otra.

JAMÁS.

 

Cuando logras reconocer tu maldad y trabajarla, es cuando eres capaz de ver a aquellos que hacen el mal como seres que no saben amar, y que merecen compasión. Pero no por eso se les ha de consentir que sigan dañando.

Eso te hacer ser verdaderamente superior.

 

Criticar a aquello que critica, sigue siendo criticar.

 

Vicent Guillem, en su libro «Las leyes espirituales» nos recuerda que la soberbia y el orgullo espiritual acechan cuando se supera la soberbia y el orgullo material.

Considerarse superior a nivel mental y emocional no implica estar más desarrollado a nivel álmico.

Significa que el gran porcentaje de la población mundial sólo desarrolla sus capacidades físicas ignorando el resto, y tú que empiezas a desarrollar la mental y la emocional y a hacerlas conscientes en parte.

Y eso hace que puedas llegar a creerte superior, pero no es así.

 

Habrá otros con más capacidad de llegar con inmediatez a una de las lecciones más sublimes que las almas puedan desarrollar: el perdón.

 

Incluso, con el tiempo, descubrirás que directamente no habrá ofensa porque comprenderás y pondrás límites antes de dar lugar a que sucedan situaciones de dolor.

 

Incluso sabrás trascender el dolor si sucede. Niveles de conciencia hay como tonalidades de colores diferentes.

No es lo mismo inteligencia intelectual mental que inteligencia energética que inteligencia emocional.

No todos tienen las tres desarrolladas.

Si miras a otros y los catalogas como «basura» o «tóxico» en realidad estás juzgando mucho que no sabes, no estás comprendiendo por qué esa persona actúa como actúa.

 

No estás reconociendo que tú eres humano, que te equivocas continuamente porque es inherente a ti, a tu condición.

Cuando tachas a otros como basura, les estás despreciando, no has sido capaz de ponerte en su lugar.

Si ves basura fuera, tal vez haya mucha basura dentro de ti que no admites y por eso sientes la necesidad de escupir veneno, o criticar a otros para aliviarte.

Los que hablan de gente tóxica o basura, también tienen una parte oscura dentro, una parte que han de aprender a integrar y trabajar.

Incluso criticar a otros para encajar en un grupo que critica, y así sentirse integrado, sigue siendo denigrante para la dignidad humana.

Hasta los profesionales son humanos y se equivocan.

¿Un médico o un enfermero pueden ponerse enfermos?

¿Son humanos o no?

¿Un psiquiatra o un psicólogo puede sufrir ansiedad?

¿Son humanos verdad?

 

la-arrogancia-orgullo-altivez-soberbia-e1423668134196

Hay personas que si sólo recibieran un poco de escucha y comprensión, el cambio sería brutal y te entregarían su corazón entero.

 

Me sorprende ver profesionales supuestamente preparados para trabajar con personas, y que aún no han comprendido esto.

 

Verías almas muy luminosas, te sorprendería ver la entrega y el amor que muchos son capaces de dar, aunque a simple vista parezcan personas o seres amargados y crueles.

 

Observa, observa, observa.

 

Mira más allá de ti, más allá de las cosas, más allá de todo.

 

Las grandes lecciones están al final, la existencia siempre tiene algo vital que decirnos a cada uno de nosotros.

 

Bruce Lee decía que cuando uno da un golpe, no sólo ha de dar un golpe, sino que ha de proyectarlo con la mente más allá de lo visible y perceptible para mayor efectividad.

Mira, fíjate bien en los ojos del otro y verás su alma.

A ver, pero tampoco te quedes mirándole así:

5ehq-fxq

Bromas aparte, el problema es que muchos responden a las segundas oportunidades aprovechándose de la situación.

Dar otra oportunidad conlleva un riesgo.

Será vital aprender a discernir y a guiarse por la intuición para saber qué hacer.

 

Recuerda que aunque no lo veas, a cada uno de nosotros se nos da una segunda oportunidad de ser mejores a cada segundo que pasa.

 

Las oportunidades de cambio, de decidir son infinitas, tantas como segundos puedes dejar pasar. Si a ti te son dadas, ¿quién eres tú para juzgar a nadie?

 

Un profesor de la universidad donde estudié, Manuel Luis Cibanal Juan me enseñó hasta la saciedad (por suerte para mí y otros muchos) la siguiente afirmación:

 

«Lo que está claro para ti, sólo esta claro para ti».

 

Hacía referencia a que no se puede juzgar lo que ha sentido el otro hasta que este lo exprese y se clarifiquen las cosas.

Sólo puedes juzgar lo que sientes tú, incluso a veces ni eso.

Si no aceptas que te han dañado y has dañado a otros, con intención o sin ella, entonces no aceptas que eres humano.

Lamento ser repetitiva, pero con frecuencia la repetición nos ayuda a integrar.

En el fondo te crees un Dios que lo hace todo perfecto, que siempre lo haces todo bien, que no puede ser que hagas nada mal y que siempre fueron los demás los culpables.

Si te crees Dios, pero experimentas culpa y rabia porque no fuiste amado, ¿entonces no cabe la posibilidad de admitir que te has equivocado y que no lo sabes todo?

Todos sentimos rabia, es humano, lo inhumano es no trabajarla ni hacerse cargo de ella.

 

Ya lo dice el dicho: errar es Humano, perdonar Divino.

 

Tu fuerza interior ha de ser trabajada hasta entender esto.

 

Una vez comprendas de verdad, no te resultará difícil sentir compasión.

 

Una vez sientas compasión, pasarás una etapa de nueva comprensión, y será entonces cuando estés preparado para perdonar.

 

Ojo. No estoy diciendo que ante una situación de maltrato o injusticia no actúes y te quedes de manos atadas.

Se puede sentir perdón, compasión y comprensión en la distancia. Se puede reconocer que por salud, uno ha de poner límites, y alejarse por amor propio.

Has de actuar en cuanto te sea posible y te veas preparado, incluso poner distancia para coger fuerza y decidir con el tiempo si retomar la relación o situación con más sabiduría o desapegarte de ella con total libertad.

No se trata de apegarte o desapegarte, sino de que lo que hagas se alinee con lo que sientes.

Unas veces retomar algo que te provocó dolor puede servir para aprender, ver cosas nuevas y buenas y superarlo.

 

Y otras, alejarse puede ser lo mejor que hagas por el bien y protección de todos.

 

Sólo tú decides eso.

 

En cualquier caso, si pones distancia hacia alguien, poner límites es una cosa, y levantar un muro es otra.

 

Las personas que han sufrido mucho y no han logrado entender ni trascender el sentido de ese sufrimiento siguen atascadas.

Y por eso hablan siempre de «limpieza», seres «tóxicos», «aislamiento», «barrera» o «coraza», etc.

Pongamos el caso de que tomas decisiones que no agradan a otros, o que te equivocas. Pongamos que nadie te da la oportunidad de explicarte, de expresarte o de enseñarte a amar y no sabes.

¿Te gustaría que todo el mundo te señale?

¿Te gustaría que te llamen «tóxico» o «basura»? ¿Te gustaría que todos te vieran eternamente del mismo modo en que te equivocaste?

¿Acaso no crees que a veces hay gente que decide cambiar y tras años se le sigue cerrando la puerta por no comprenderle?

Si así te tratan, mal te sentirás, y así te comportarás hacia ellos.

 

LO PEOR ES QUE SI NO ERES CONSCIENTE, TÚ TRATARÁS A OTROS INOCENTES COMO BASURA, Y REPETIRÁS EL CICLO CON AQUELLOS QUE NO LO MERECÍAN DEL MODO QUE OTROS HICIERON CONTIGO.

 

NO CONTINÚES POR ESE CAMINO.

elinfiernodelaculpa

A nadie le gusta que le maltraten.

A nadie le gusta que le llamen «tóxico» o le traten como basura o inferior por haber cometido errores.

Si hay víctimas y familiares de víctimas mortales que están siendo capaces de perdonar a todos aquellos asesinos que les arrebataron a sus familiares.

¿Por qué los demás no podemos hacerlo ante ofensas relativamente menores?

 

DECIDE OBRAR EL CAMBIO EN TU PENSAMIENTO, TU PALABRA Y TU HACER. ESTARÁS OBRANDO UN AUTÉNTICO MILAGRO.

 

se-puede-volver-a-nacer-1300987630

Dejar un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Start typing and press Enter to search

error: Content is protected !!