Tu madre te trae al mundo, por suerte o por desgracia para ambos dependiendo del caso. Te traerá al mundo bajo dosis tolerables de anestésicos, relajantes y analgésicos, pero brutales en niveles sanguíneos más allá de lo que un recién nacido pueda tolerar. No digamos los que nacen prematuros o con más dificultades que un niño que supuestamente ha nacido en condiciones normales. O cuyas madres no han recibido anestesia. Digamos que cierto nivel mínimo de dolor existe para madre e hijo.
De por sí, el nacimiento para cualquier ser es un trauma. Pero algo natural al fin y al cabo. El problema llega cuando se avecina sufrimiento en esa etapa y en la intrauterina que podía haber sido evitado. Muchas veces no se evita por ignorancia e incomprensión. Sufrimiento mayor del necesario. Las embarazadas desde la concepción hasta el parto repiten los miedos de sus madres, abuelas, ancestros. Es una fase en la que el cuerpo las prepara para preocuparse más por el ser que viene y tratar de que sea en las mejores condiciones posibles.
Naces drogado perdido o con sufrimiento extremo (aunque no siempre es así), depende de lo que haya experimentado tu madre al traerte a este mundo. Cuando se nace drogado se sufre de un modo silencioso y el bebé condicionado por eso vivirá aletargado de por vida salvo que sea consciente. Cuando el sufrimiento es más evidente para la madre, el sufrimiento se mostrará de un modo más activo y vivirá inquieto y «nervioso» de por vida, también salvo que sea consciente. Esa es la diferencia entre las personas a las que en un lenguaje coloquial podríamos decir que les pesa el culo para hacer las cosas, y las que no pueden estar quietas, las que se desesperan por todo y se anticipan e impacientan para hacer las cosas.
Tus padres necesitan trabajar para alimentarte. A día de hoy, en muchos casos, se necesita tres sueldos para, sumándolos, llegar a uno decente para mantener a media persona. Y si con un sueldo basta para mantener a tres, de todos modos, en ambos casos gran parte de las veces salvo ciertas circunstancias extraordinarias será echando más horas que un reloj.
Vives alejado de ellos, con suerte los ves de noche, al final de la jornada. Eso sí, la comida no te falta, casi nunca.
Te crías con familiares, cuidadores, vecinos o amigos.
Esto sucedía mucho antes, y a día de hoy el maltrato que se sufre se ha suavizado pero sigue estando presente. Sin querer, los padres propinan de algún modo violencia a sus hijos. No se puede culpar a un hijo sin responsabilizarse antes como padre o madre, y hacer un examen de conciencia para revisar las creencias y actitudes. El trabajo, hábilmente diseñado para que los padres permanezcan poco tiempo con sus hijos, y sea la sociedad intoxicada la que poco a poco los vaya moldeando, mientras por otro lado mantiene separados a los padres, también moldeándolos a su antojo. Arrastrando a todos, al final. Al llegar a casa, todos están demasiado agotados para tratarse bien unos a otros, es más fácil pagar la frustración con los que más queremos, que con el que te paga una miseria por entregar media vida a un servicio que en el fondo muchos no desean.
Hasta hace poco, el maltrato físico era visto como algo normal. Ahora sólo es mental, psicológico y energético. Antes, también físico. Por desgracia, todo este pack sigue aún activo, maltrato físico incluido en muchas familias.
Cuando tus padres están contigo, pagan sus frustraciones del trabajo, y de otras áreas de su vida, sin querer. Gritos, malas contestaciones, ignorancia, incomprensión, agotamiento, menosprecio. Egoísmo. Lo peor, es que como los que lo hacen son ellos, y lo que uno hace nunca está mal, (la culpa siempre es de los demás por molestar) no suelen aceptar que se puedan estar equivocando.
Te crías en soledad, con dolor, con distancia, atiborrado de pantallas y con lo último en tecnología. Digo lo último porque si esto sigue así, seremos los últimos en plena decadencia involutiva. Junto con tus padres y el resto de seres humanos, todos entran en esta decadencia al hacer mal uso de las tecnologías. Cada uno se relaciona con una pantalla que trastoca y resetea negativamente por completo los ciclos de luz solar-artificial que acaban por perjudicar los ritmos circadianos. Por abusar de estos medios y no saber usarlos bien.
El estrés y ansiedad de los padres no acaba ahí. El niño lo siente, se le transmite intencionadamente o no. Y así crece. Más unidos con gente que apenas importa, más separados de los que más cerca tenemos. Más fácilmente manipulables, más «inútiles» dentro de casa, y más exprimibles fuera de ella.
Creces apiñado con otros niños en pisos verticales, de cada vez menor espacio. ¿30 metros cuadrados de casa como algunos plantean? Sin apenas salir al mundo, sólo se te presenta de forma continua la Naturaleza, la flora y la fauna a través de pantallas. Encerrado rodeado de pantallas, apenas podrías ver que se parece a una cárcel. No conoces otra cosa.
Creces con una alimentación rica en azúcares refinados, lácteos y grasas. No es que esta alimentación sea perjudicial en sí, es que la sobreexposición y sobrealimentación, favorecida por la aparición de comidas prefabricadas que tus padres necesitan porque más allá de tí (a veces) y su trabajo no tienen tiempo ni para cuidarse ellos. Como para tener tiempo para cocinar de forma sana y con amor, algo que una buena comida se hace con TIEMPO.
Los pesticidas, hormonas y agentes tóxicos apenas ya pueden responder al «Quiero esta comida y la quiero YA» de los adultos que cada vez se comportan más como niños. Consienten ante un sistema que los revienta por dentro.
Se ha abusado y se sigue abusando de ese tipo de alimentación, acidificando internamente nuestros sistemas digestivos. En lugar de mantener un ph corporal equilibrado. Si abusáramos de verduras, frutas y ciertos cereales, sin introducir grasas, azúcares o proteínas, la enfermedad aparecería por el otro extremo, la alcalinidad.
Se trata de introducir un poco de todo, en pequeñas cantidades. Tus padres por la cantidad de horas que echan, trabajarán sin apenas descansos, agotados, puteados (con perdón, pero así es salvo que tomemos todos consciencia del cambio) y cuando lleguen a casa se tirarán en plancha hacia la nevera, llena de todo aquello que quitará los disgustos y que será el único o de los únicos placeres inmediatos: la comida. Azúcares, grasas, y todo aquello que supuestamente lo más rico es lo más malo que podemos tomar. Atiborramiento diario masivo. Digestiones pesadas, insomnio, ansiedad, estrés laboral.
Resultado de acidosis: medio empantanado, con grave adicción y síndrome de abstinencia si no se recibe más azúcar o grasa hasta que el cuerpo reviente. La muerte por el estómago. De grandes cenas están las sepulturas llenas. Por ahí se empieza. Consecuencias de la acidosis: dolores de cabeza, ansiedad, insomnio, depresión, contracturas, espasmos, hernias, calambres, vértigos, fatiga, agotamiento, vacío existencial, alteración del ritmo y horario de trabajo natural de todos los órganos del cuerpo. Me falta árboles para hacer hojas donde escribir.
Rodeados de antenas, geopatías, te mueves como los demás en un ambiente donde se utiliza la tecnología por placer, pero se desconoce, y a nadie interesa saber la sobreexposición a campos magnéticos que alteran nuestros cuerpos.
Introducimos toxinas vía física, vía emocional, vía mental y vía energética-electromagnética. Cualquiera que hable del propio campo magnético o de la influencia de los campos magnéticos de los planetas y su repercusión mutua y para los seres, es un loco, ¿no es así?
Tus padres alterados, desquiciados, están aprendiendo a moverse por obligación primero y por voluntad de arrastre después en la cultura del «TODO LO QUIERO YA». Sus células que se reproducen continuamente para renovar cada pequeña parte del cuerpo se graban con información de toxicidad, estrés, dominación y manipulación. Aprenden a ser dominadas sin cuestión y bajo extremo agotamiento. Si haces lo mismo, y tu cuerpo no se destroza tanto que no te impida tener hijos, ya puedes esperar cómo saldrán tus hijos. Para tener todo ya, los adultos te enseñarán sin querer a que hagas lo mismo. La comida te pondrá histérico y tu cuerpo pedirá más comida basura. Será un no parar. Los padres sin fuerza de voluntad más allá de tolerar sus jefes y trabajos, para no escuchar tus berridos ante la falta de amor y cariño, te llevarán al cine o a restaurantes de comida rápida nada más salgas del colegio para mantenerte entretenido. Fomentando más el que la pescadilla se muerda la cola. Más luces, más pantallas, más antenas, más putrefacción intestinal.
Las nuevas tecnologías te pondrán ansioso, añadido al hecho de que no ves a tus padres, y si los ves, da gracias de que ellos sean capaces de saber lo que es el respeto y el amor hacia sí mismos.
Crecerás sin darte cuenta de que lo importante es todo, tanto lo de dentro como lo de fuera y que ha de ser equilibrado. Te acostumbrarás a cultivar tu exterior para generar una imagen virtual sobre la que basar tu ser, lo que los demás piensen de ti. A tu familia le pasará igual. Necesitarás como el aire (en el fondo para vivir sólo necesitas respirar, comer, dormir, depurar, eliminar, tener techo y hacer el amor) someterte a tratamientos para cultivar tu apariencia física YA. Deberán hacértelo los demás y cualquier sufrimiento estará justificado por la estética. Al igual que tú, pocos se responsabilizarán de sí mismos. Pocos verán la importancia de que, aunque sufran, es importante cultivar también el interior. No se plantearán jamás sufrir un tiempo tratando de responsabilizarse y tomar hábitos saludables que NO se ven desde fuera YA (pero sí con el tiempo) y que encima ha de esforzarse uno solo por trabajarlos.
Te irás destrozando, creerás que el mundo es sufrimiento con estados transitorios cortos de placer inmediato (buscarás el placer más peligroso, el que se consigue YA, FÁCIL Y MAL), y en definitiva eso es lo que buscarás. Crecerás por tanto, sin saber reconocer el amor, ni quienes son capaces de dártelo, como hicieron tus padres y ancestros, inconscientes y arrastrados. No sabrás discernir el bien del mal. En tu mente sólo existe el egoísmo, el dolor y el maltrato. Desconfiarás de todo lo que no sea eso a personas que de verdad tenían amor en su corazón. Y si todos hacéis lo mismo, lograréis que MUCHOS de los más amorosos pero no lo suficientemente conscientes, se hundan, y también acaben por perder la fe.
Culparás y maldecirás a Dios, por no haber evolucionado en tu gran divinidad y poder interno, ni a la vez ser consciente de que una fuerza superior rige las Leyes Universales. Curiosamente, a la par que involucionas, te creerás el ombligo del mundo. De este mundo. Contrastará paradójicamente tu que no habrá nadie más que tú como humano en lo infinito y gigantesco del Universo. Te creerás un Dios, pero serás incapaz de aplicar una lección básica dentro del campo de la espiritualidad. Una lección básica y sin la que no puedes avanzar a nivel de alma: controlar las adicciones. Todos tenemos el impulso, unos lo controlan y otros no. Se puede ser adicto a las drogas, a gastar, a ropa, a comer, al móvil. Da igual cómo cada uno llena su vacío de la manera errónea. El caso es que las adicciones tratarán de sustituir inútilmente el vacío de amor que hay en la vida de gran parte de las personas. Todo por no trabajarte a tí mismo, por no dedicarte tiempo. Sólo lo fácil y YA. Es lo que aprendiste y lo más cómodo, pero el camino incorrecto. Si no comprendes la diferencia entre estancamiento y parón que la vida te ofrece para reflexionar. Si no comprendes la diferencia entre sacrificio y esfuerzo. Si no comprendes la diferencia entre responsabilidad y culpa. Si no comprendes la diferencia entre superar DE VERDAD algo o llenarlo continuamente con una actitud adictiva. Si no comprendes la diferencia entre queja, expresión y poner límites. Si no comprendes nada de eso, estarás perdido.
Seguirás tropezando y estancándote. Empezarás, como te enseñaron tus padres sin saber, y tus abuelos a ellos, a no protegerte a nivel energético, mental ni emocional, pues para ti eso no existe. Esas capas, junto con la falta de amor y cuidado hacia tu cuerpo físico que tú mismo te has propinado, y has consentido que otros hagan, se habrán destrozado. Con más o menos edad, en cuanto quieras darte cuenta estarás deprimido, te sentirás abandonado, te saldrá un cáncer, un infarto, una úlcera, una hernia de cualquier tipo, desearás el suicidio y sin poder enumerar todo lo posible, lo resumiré en una palabra: ENFERMO. Te sentirás enfermo. Con pruebas o sin ellas, tú lo sentirás. Recibirás apoyo de los tuyos, o te tomarán por loco agravando la situación.
¿ACASO NOS SORPRENDE A ESTAS ALTURAS?
¿DESPUÉS DE LAS BURRADAS QUE SE HAN HECHO SIGUE SORPRENDIENDO QUE EL CUERPO ESTÉ HASTA LAS SANTÍSIMAS NARICES Y TRATE DE DAR SEÑALES?
Pero si lo raro es que algunos hayamos resistido tanto. Es un auténtico milagro que no nos estemos arrastrando por la calle. Gracias Dios, la energía, Buda…etc. o a lo que cada uno considere superior a él, existe siempre una voz interior que nos guía. Y que nos indica qué hacer para curarnos. De verdad, ¿acaso no podemos empezar a sentir que hay ángeles por ahí haciendo horas extras? Ángeles o como cada uno quiera llamarlo. Si no pasan más cosas es porque existe una fuerza que nos mira, se compadece de nosotros y nos enseña mediante señales. Si vamos bien, se nos refuerza esa actitud en la vida. Si vamos mal, tendremos impedimentos para hasta coger un vaso de agua. Ya se encarga la vida de eso.
Las enfermedades son despertares. Oportunidades disfrazadas de carteles con decenas de luces rojas y tu voz interior diciendo: «Por ahí no vas bien, por favor, hazme caso y cambia de rumbo. Soy tu corazón, tu hígado, tu páncreas (o lo que sea), me importa un pimiento lo que piense la gente, me importa lo que me llega de tu cerebro, lo que piensas tú, me estás destrozando, si sigues así, nos vamos a morir. Nos estás matando. O cambias tu forma de pensar y sientes más, o te morirás más pronto de lo pactado».
Así es. Muchos se sumergen en su destino, cuando tienen más capacidad de actuación si deciden, gracias a la Filosofía, comenzar a investigar, a conocer, a ser más sabios. Y a tratar de hundir menos a los que tratan de elevarse culturizándose por todo.
¿SORPRENDE NUESTRA SOCIEDAD ENFERMA?
¿Después de este mini resumen de las barbaridades que se cometen, realmente creemos que podemos seguir sanos a cualquier nivel a este ritmo?
SALVAJADAS:
Físicas:
– Comer mucho, de golpe, mal, y siempre sin variedad
– Destrozar los ritmos circadianos
– No hacer deporte
– Machacar al cuerpo haciendo deporte, malgastando la energía vital
– Dormir mal
– No autocuidado desde el amor
– Elegir un trabajo basura, cuanta mayor demanda de trabajo basura, mayor oferta, a mayor oferta todo es más barato. Puedes comprar barato, el salario que cobras por entregar tu vida que no debería tener precio, también es más barato
– Suicidio
– Consumo continuado de drogas, medicamentos, estimulantes
– Sexo compulsivo
– Gestión económica inexistente o gastos compulsivos
– No actuar como uno siente
Emocionales:
– No te dan amor, si te lo dan es sólo en forma de dinero o bienes materiales. No sirve de nada que te den casa si no te dan un hogar. ¡Ojo! No excluyo nada, tan importante es lo material como lo espiritual. No hablo de exclusión, sino de integración desde el valor apropiado a cada cosa.
– Te gritan. Tú gritas. Sin control
– Menospreciar el valor de la cultura emocional y la empatía, y a todos aquellos que tratan de cuidarlo, llevarlo a cabo y defenderlo. Anularlo si uno mismo lo siente por miedo a los demás
– No actuar como uno siente
– Falta de respeto a todo y a todos
– No dedicar tiempo a la expresión de emociones. Si se expresaran, la mayoría de reflexiones MENTALES destructivas en exceso desaparecerían. LAS EMOCIONES Y SENTIMIENTOS SON EL PRIMER SISTEMA DE ADAPTACIÓN AL MEDIO, JUNTO CON NUESTROS SENTIDOS. UNAS VECES EL ESTÍMULO FISICO GENERA LA EMOCION Y LUEGO EL SENTIMIENTO, OTRAS EL SENTIMIENTO GENERA EL SÍNTOMA FÍSICO TANTO SI EL ESTÍMULO ES REAL O PERCIBIDO (POTENCIAL).
– Ver todo con demasiado sentimentalismo o emotividad
– No alinear corazón/ cerebro
Mentales:
– Exceso de reflexión, que deriva en ansiedad, depresión y estancamiento, y conducirá a tratar de acabar con la vida
– Tratar de racionalizar todo
– No alinear corazón/ cerebro
– Rigidez mental
– Anclarse a las creencias limitantes
– No renovar los hábitos o costumbres, muchos prefieren hacer lo de siempre aunque les perjudique
– Juicios y autocrítica, por tanto, juicios y crítica ajena
– Identificarse con roles limitantes: el víctima, el salvador, el débil, el manipulador, el bueno, el malo. Creérselos y seguirlos.
– No poner límites
– Poner demasiados límites
Energéticas:
– Exponerse a ambientes de excesivo consumismo sin control, de adicciones, de muerte, de enfermedad, de polarización y fanatismo político, religioso (o cualquier tipo de ideología) extremo sin tolerar formas variadas de pensamiento
– Identificarse con roles limitantes: el víctima, el salvador, el débil, el manipulador, el bueno, el malo. Permitir la invasión energética del territorio o invadir agresivamente a otros sólo con el pensamiento o la intención. ¿A veces uno puede notar e intuir cuando alguien se le acerca con buena intención o se le acerca alguien que tiene intención de robar tu cartera, no? Incluso instantes antes de que suceda. Ahí entra en juego la adaptación de protección natural del campo energético de cada persona. Unos intuyen el peligro antes que otros.
El resultado es seguir el carril que la sociedad marca en destino hacia una enfermedad segura sin saber que están lanzándose al precipicio. ¿Qué tal si empezamos a construir carriles más seguros aunque haya que doblar el riñón para construirlos? Mejor eso que no seguir un carril destrozado que lleva siglos conduciendo almas en pena hacia un abismo.
Muchos se escudarán en la involución y la culpabilidad social, y usarán a la sociedad para no responsabilizarse en la medida QUE PUEDAN, (SIN ÁNIMO DE JUZGAR) de sí mismos. Dirán que es muy difícil. Pues sí, lo es, de verdad los que se meten de lleno a tratar de generar cambios en beneficio común y siguen adelante pese a todo son los que mejor lo saben. Pero eso no nos basta para detenernos.
BENEFICIO COMÚN.
Los más amorosos, pero también sabios y conscientes serán difíciles de encontrar, por eso te costará encontrar buenos amigos, buenas parejas, y más si tu no muestras el mismo amor que ellos muestran. Ellos son los que mantendrán su fe imperturbable, y la tuya si estás dispuesto a aprender. Son los que tratarán de mantener el autodominio del alma para no caer en las tentaciones, lo que todos conocemos como adicciones. Será divino que el humano perdone y se autodomine escuchando al alma, a la voz interior, al ángel, pues todos tenemos tendencia hacia una adicción por pequeña que sea.
Depende de ti, del nivel de conocimiento, sabiduría y responsabilidad que estés dispuesto a asumir. Y depende del nivel de conocimiento, sabiduría y responsabilidad, que los demás para sí mismos, y junto contigo, estemos dispuestos a asumir.
¿DE VERAS DESEAMOS MENOS ENFERMEDAD?
DEPENDE DEL NIVEL DE RESPONSABILIDAD QUE NUESTRO MUNDO, Y NOSOTROS ESTEMOS DISPUESTOS A ASUMIR.
LA MAYOR ENFERMEDAD EXISTENTE ES LA IGNORANCIA, LA INCOMPRENSIÓN, EL ODIO Y EL EGOISMO.
LA MAYOR CURA ES LA SABIDURÍA, LA COMPRENSIÓN, EL PERDÓN Y EL AMOR…
¿QUÉ ESCOGES?
