Abunda ya demasiado los artículos rápidos.
Para eso, existe las reflexiones rápidas o una lista de recomendaciones.
También abunda las conversaciones exprés o ahorradas a través de whats apps para evitar la confrontación emocional cuando muchas cosas se pueden resolver mejor y con más calidad en persona o con una simple llamada. Puede ser por pura pereza acostumbrada.
Y pensar que después de siglos de enriquecimiento literario muchos han llegado a esto…
Y pensar que hay personas que se matarían por verse, tener contacto físico y visual, y hablar cara a cara…
No digo que no se utilice los mensajes, o que no se escriba cosas exprés. Pero de ahí a que se convierta en costumbre puede llegar a adormecer las mentes.
Escritos rápido tal vez por temor a no captar la atención de las personas acostumbradas a tener todo a un click.
Yo le llamo, vida rápida para personas necesitadas de anestesia.
Sin esfuerzo, sin enseñar a comprender que todo lleva un tiempo diferente para cada uno de nosotros.
Todo, para demasiada gente con prisa.
Es como tomar comida rápida. Los nutrientes que se pueden extraer no siempre son de calidad o fácilmente comprendidos o digeridos.
No hablo de escribir, expresar o leer un tostón.
Ni se trata de darse un atracón de comida casera con doble postre incluido imposible de digerir, ni se trata de alimentarse continuamente a base de hamburguesas de 8 cm de diámetro y 3 de alto (pan incluido).
Eso es lo mismo que el conocimiento y la sabiduría al alma como base de su nutrición.
Se trata de comer lo justo, y que el estómago dé vueltas hasta extraer los nutrientes.
Lo mismo pasa con la mente. Darle las vueltas justas asegura una digestión feliz y productiva.
No se simboliza a Buda con un panzón que parece una carpa de circo por nada.
Las emociones y el conocimiento han de ser digeridos y procesados en las tripas.
ALGUIEN QUE DA MÁS DE UNA VUELTA A LAS COSAS TAL VEZ BUSCA MANTENERSE CUERDO PARA NO DAÑAR…
EN LUGAR DE DEJARSE LLEVAR POR LA INERCIA DE UN SISTEMA QUE LE DESQUICIA Y LE SACA LOS JUGOS HASTA LA MUERTE PROPIA Y DE SUS ALLEGADOS.
Los planetas giran y giran y giran, y dan vueltas y vueltas…alrededor de otros….
Alrededor de sí mismos.
Pero guardando un orden, un tiempo sagrado que varía tan imperceptiblemente y a la vez evidentemente inapreciable…
Alguien que niegue esto, tal vez sienta vergüenza.
La vergüenza es de quien la siente.
