RESEÑA SOBRE EL LIBRO «NINGÚN MAL DURA CIEN AÑOS», POR JUANJO SORIANO

Conocí al autor del libro «Ningún mal dura cien años» por algo que muchos llaman casualidad, pero que otros muchos ya comprenden que las casualidades no existen, sino la afinidad vibratoria entre seres de semejante nivel evolutivo.

 

No deseaba salir de casa aquel día debido al agotamiento de años que ya calaba en mí, pero mi pareja de aquel entonces (ex-pareja actualmente) decidió tomar la iniciativa y llevarme a la feria del libro de Alicante. No solía decidir mucho, pero aquel día lo hizo pues yo no estaba en condiciones.

Justo después de salir del parking, comenzó a llover súbita y bruscamente, y nos refugiamos en el primer puesto de venta y firma de libros. Allí estaba Nuria y Juanjo, autor este último del libro.

Me ha resonado mucho el libro, sintiéndome muy identificada con la protagonista, Julia. Encontraremos en el libro palabras con gran carga emocional de dolor, rabia y sufrimiento, pero también de trascendencia, comprensión, paciencia y liberación.

Julia es una mujer que se cría en un ambiente familiar repleto de machismo e incomprensión por parte de su familia mientras intenta, al igual que todos los demás, abrirse camino en este mundo. La familia la quiere torpemente, pero no sabe amarla. A su vez ella también con el tiempo aprende a amarse. Difícilmente por aquellos tiempos (y a veces por estos presentes) se conocía el amor.

En esta obra, veremos lo que sucede cuando en un ambiente familiar y social hay presencia de incomprensión, resentimiento, rabia, escasez, falta de paciencia e ignorancia acerca de uno mismo y de los demás. Asistiremos a las consecuencias conocidas pero no siempre para todos conscientes de lo que sucede cuando falta conocimiento a la hora de manejar conflictos con los demás y sabiduría y aceptación para canalizar las emociones y sentimientos, tanto ajenos como propios. Esto es algo que a día de hoy sigue sucediendo y empuja a muchas personas, mujeres y hombres, de varias edades, razas, etnias, culturas y clases sociales diferentes, a no poder soportar la existencia con sus familias; colocándose en un estado de vulnerabilidad extrema que los conduce a ponerse aún más en peligro, metiéndose en relaciones mucho más destructivas cuando en un principio se estaba intentando buscar ayuda.

En estos estados de incomprensión cuando no hay una base firme, amorosa y armónica en la familia, la vida puede llegar a mostrarse muchísimo más bloqueada (para unos más que otros) de base impidiendo construirse a uno mismo, creando prosperidad a través del desarrollo personal, el trabajo, la familia y el amor. Pero también desde ahí, las limitaciones y dificultades extremas pueden catapultarnos hacia una vida llena de amor, bendiciones y prosperidad.

Esta falta de cariño y de base (aunque tendrá apoyo en algunas relaciones de su entorno) es lo que precisamente empuja también a la protagonista a enzarzarse en relaciones que no le convienen, repitiendo un patrón que no cesará hasta ser comprendido y trascendido una vez haya dolido lo suficiente como para dar un paso hacia el amor propio y la dignidad. Pero también junto con su afán de superación y su fuerza de voluntad encontrará el modo de ver la parte más luminosa de su historia y en conexión con los demás para mostrarla al mundo y así, también amarlo.

La historia me ha removido mucho, me ha ayudado a sentir que no estoy tan sola, y que la conciencia social y familiar está aumentando.

Gracias por tu obra, Juanjo, y por tu aportación a la Humanidad teniendo la valentía de desvelar la intimidad de la historia familiar, tan repetida por y para muchos de nosotros.

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